Quien escribe esta entrada desea hacer constar que Al sur de la Frontera, al oeste del Sol (210 páginas) es el primer contacto con Murakami. Sé que muchos de vosotros me habéis recomendado por activa y por pasiva que leyera a Murakami, pero ha tenido que pasar tiempo para encontrar el momento adecuado. Este verano ha llegado ese momento en el que me he enfrentado a Murakami.
Sé que, para muchos, debiera haber empezado por “Tokio Blues”, que “Al sur de la Frontera, al oeste del Sol” es “más floja” para la mayoría de lectores de ambas novelas. Me da igual. He decidido dejar los prejuicios antes de comenzar un libro, se aceptan consejos, se rechazan prejuicios. Pero no nos desviemos del tema. Haruki Murakami, escritor japonés de reconocido prestigio internacional cuenta con una legión de seguidores más que relevante como para no ser leído. Así que leeré más libros suyos en el futuro.
El libro comienza con una frase que es toda una declaración de intenciones: Nací el 4 de enero de 1951. Es decir: la primera semana del primer mes del primer año de la segunda mitad del siglo XX. Algo, si se quiere digno de ser conmemorado. Esta fue la razón por la que decidieron llamarme Hajime (Principio). Poco a poco, y de un modo casi imperceptible, la trama va atrapando al lector desde el primer párrafo. Hajime, el protagonista de la novela, es hijo único de una familia oriental que crece durante la posguerra. Crece en una pequeña y tranquila localidad japonesa con el estigma de ser el único vástago en una sociedad con marcadas tradiciones y acostumbrada a familias de dos o más hijos. Compartir esta circunstancia, y una mística especial, le llevará a estrechar lazos con Shimamoto, una niña con una leve cojera con la que compartirá muchos ratos y una amistad sincera que roza el amor platónico.
Al separarse sus caminos un fogoso Hajime iniciará una relación de noviazgo juvenil con Izumi, a quien Hajime promete que no hará daño y con quien intentará perder la virginidad. La vida llevará a Hajime a ser un lobo solitario hasta que se casa con otra mujer, Yukiko. Es en esta época de la vida del protagonista en la que éste comenzará a sufrir conflictos de intereses muy fuertes. A sentir que parte de su pasado regresa para cambiar por completo su vida. Murakami desata en el personaje una lucha interna en la que los dilemas morales no se pueden evitar. La vida de Hajime puede ser la vida de cualquier ciudadano de este mundo, con sus sentimientos encontrados, con la avaricia y la búsqueda de emociones no vividas.
La prosa envolvente de Murakami acerca al lector a sentir lo que siente el protagonista y a enfrentarse, siempre que quiera, a las mismas situaciones morales que el protagonista. Frases cortas y estilo directo junto con una mezcla de emociones, sensualidad y dramatismo dotan a la novela de un áurea ante la que es difícil quedar indiferentes. El estilo Murakami es un estilo cautivador, cercano, sin grandes artefactos pero con una descomunal cercanía para abordar problemas de nuestro tiempo. Es un libro que seguro que os atrapará si aún no lo habéis leído y os decidís a hacerlo. Valoración: 8.5.
Buenas noches y buena suerte.
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