Hoy os traemos la cuarta entrada de la saga de Nueva York, recordad que podéis leer la primera, la segunda entrega y la tercera pinchando en los enlaces. En esta cuarta etapa de la visita a la capital neoyorkina hablaremos de la visita al Empire State Building, la Estatua de la Libertad y la quinta avenida.
Para visitar el emblemático Empire State lo mejor es madrugar, aunque pueda sonar duro vais a ahorrar en colas, nosotros de hecho atravesamos a la velocidad del rayo cintas preparadas para albergar colas interminables en días punta. Si queréis optimizar el tiempo esta es una buena opción. Cuando ya te has subido a lo más alto del Top of the Rocks la duda surge: ¿qué edificio vale más la pena? Yo no sabría qué deciros, pero si tengo que elegir optaría por subirme al Rockefeller Centre, aunque entiendo que Empire State tiene un encanto especial, por historia y por lo que significa para la ciudad. Las vistas son magníficas, está más hacia el sur y la panorámica es diferente al Top of the Rocks, menos Central Park, y más Wall Street, Chrysler building, y en definitiva, downtown.
De allí nos desplazamos a Battery Park para tomar el barco que nos iba a acercar a la Estatua de la Libertad, todavía cerrada al público debido a las consecuencias del huracán Sandy (Se reabrió el 4 de julio). Desde el barco, se divisa Wall Street, con unas vistas interesantes de los rascacielos, uno se acerca a la antigua isla donde se ubica el museo de la inmigración y luego se acerca a la estatua. Un monumento emblemático de la ciudad y del país. El barquito se traslada entonces hacia la zona oeste de Manhattan por el Hudson y pasa por debajo del puente de Brooklyn.
Ya por la tarde, tomamos café en uno de los lugares más especiales de New York, una librería situada en el Soho, Prince street, llamada McNally Jackson, donde uno puede tomar prestado un libro y leerlo mientras toma un café, puede comprar esos mismos libros o llevar a sus niños a un montón de actividades infantiles vinculadas con el mundo de la cultura. Todo ello con libros colgando del techo, un lugar para relajarse y descansar. Me recordó al Ateneo de Buenos Aires.
Después de este café, nos desplazamos a la 5ª avenida, visita a algunas de las tiendas más emblemáticas: Apple, la juguetería que hay detrás, Abercrombie, con su empacho de colonia y su musculitos en la puerta… Una visita turístico-comercial.
Y hasta aquí la entrega de hoy. Próximamente tendréis más información.
Buenas noches y buena suerte.
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