La cinta blanca.

La cinta blanca (Das weisse Band - Eine deutsche Kindergeschichte, The White Ribbon4), Alemania, 2009, 147 minutos, fue escrita y dirigida por Michael Haneke. El reparto estuvo compuesto por Susanne Lothar, Ulrich Tukur, Burghart Klaußner, Josef Bierbichler, Steffi Kühnert, Michael Schenk, Janina Fautz, Michael Kranz, Marisa Growaldt. La música corrió a cargo de Christian Berger (B&W).
En un pueblo de la Alemania de 1913, con señor casi feudal, una fuerte moral, y unos campesinos que se debaten entre el odio, la culpabilidad y la lucha entre clases. Ese verano los acontecimientos se precipitan: una serie de accidentes misteriosos harán que el pueblo cambie para siempre.
La historia es narrada por el maestro, un personaje foráneo que pronto comenzará a cambiar su inocencia por sospechas y suspicacias hacia sus convecinos. Su relación con la joven niñera del señor, marcada por el puritanismo y el recelo del padre, sus desavenencias con el pastor y la investigación de los misteriosos acontecimientos  le harán abrir los ojos ante la sociedad en la que vive.
La cinta blanca es una orgía cinematográfica en cuanto a fotografía, dirección e interpretación se refiere. La fotografía, en blanco y negro, es nítida y casi perfecta, juega con la luz del verano y con las sombras de los interiores. La dirección es magistral, los tiempos, los enfoques, la paz que transmiten algunas escenas, el desasosiego de otras. A eso hay que sumarle la interpretación de todos los personajes, con la dificultad que entraña manejar a tanto niño.
La historia entraña una crítica despiadada de la Alemania de la I Guerra Mundial, pero sobretodo, el germen del nazismo. La férrea moral, la rectitud, el castigo, la eugenesia, el puritanismo, el miedo a un señor que impone sus normas sin discutir, la fe inquebrantable en el terror y en los que mandan; y todo ello en niños que llegado el 39 serían adultos.
Me habían hablado maravillas de esta película alemana y no me defraudó, pese a sus momentos pausados la trama mantiene enganchada a la audiencia y la película hace reflexionar sobre la leve frontera entre los valores y el fanatismo en los jóvenes, y en los no tan jóvenes. No es una película para todos los públicos pero que sí debería ser vista por la gran mayoría de adultos. Para reflexionar mucho. Valoración: 7.5.
Buenas noches y buena suerte.