Hay cineastas que viven constantemente en la encrucijada de hacer películas mejores, películas que no les hagan perder su estatus. Son cineastas con un caché elevadísimo, o con ansias de alcanzar ese olimpo tan deseado, y suelen mover a legiones de fans de culto. Luego están los directores con personalidad, con tanto criterio que les da igual arriesgar, son capaces de cambiar de registro para homenajear a una figura, un género o para lo que les de la gana. Están en el Olimpo, o están cerca, pero no son influenciables, hacen lo que quieren, lo que les dicta su alma de artista. En esta categoría hay pocos, como por ejemplo: Tarantino, Woody Allen, Welles o Ingmar Bergman. Tipos a los que la industria ha engatusado porque la industria del cine es necesaria, y porque quieren ganar dinero, como todos, pero por poco más.
Me imagino a Woody Allen concibiendo Todos dicen I love You en su casa, planteándose hacer un homenaje al musical de siempre, al musical de Broadway enfrentando a las dos américas, la demócrata y la republicana, la burguesa y la vividora, organizando coreografías de las de toda la vida, y pensando para sus adentros “Voy a hacer un señor homenaje a los musicales. Voy a homenajear a Fred Astaire y Ginger Rogers y para ello voy a rodearme de un reparto de órdago”. Porque para colmo, el bueno de Woody se rodeó de un reparto que, como veréis a continuación, hacía difícil el fracaso.
Todos dicen I love You (Everyone says I love you, EEUU 1996) es una película escrita y dirigida por Woody Allen, con música de Dick Hyman y protagonizada por: Woody Allen, Goldie Hawn, Natalie Portman, Alan Alda, Drew Barrymore, Lukas Haas, Gaby Hoffmann, Natasha Lyonne, Edward Norton, Julia Roberts, Tim Roth, David Ogden Stiers.
La trama transcurre entre Nueva York, Venecia y París. Steffi y Bob son un matrimonio burgués de Nueva York: son ricos, liberales y socialmente comprometidos. Steffi estuvo casada con Joe, un tipo sin suerte con las mujeres, con quien tiene una hija que cambia de novio cada 8 horas. Bob tiene un hijo republicano que choca con sus padres, una hija que ha puesto en peligro su boda al enamorarse de un delincuente y otras dos hijas adolescentes que se pelean por chicos multimillonarios. Todos ellos pasean sus problemas por Nueva York, París y Venecia.
Como hemos dicho, la película es un musical, aunque no es el típico exponente del género en el que uno acaba harto de canciones. Los diálogos y las escenas son agudos e ingeniosos, y rozan tanto el absurdo que a veces uno no puede dejar de reírse. Genial el reparto de las damas, Goldie Hawn realiza un papel sensacional, Barrymore y la propia Julia Roberts, en un papel bastante difícil. Woody actúa en uno de sus papeles típicos, el típico fracasado paranoico que intenta triunfar, y lo hace magistralmente.
La película es una divertida comedia que va más allá de lo romántico, entra en el terreno de la confrontación generacional y de clases para crear, junto con la música, uno de los grandes amores de Allen, una historia deliciosa. Valoración: 7.4.
Buenas noches y buena suerte.
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