Llegó este libro a mis manos como regalo de los Reyes Magos, y entre unas cosas y otras me planté en el mes de junio sin leerlo. Eso sí, en el momento en el que cayó en mis manos Yo confieso no pude dejar de leer. Puede que estemos ante una de las mejores obras en lo que va de siglo, y no exagero. 859 páginas que bien podrían haber sido 8000 porque la verdad, es un libro para amarlo. La novela fue escrita originariamente en catalán, título Jo confeso.
El libro nos cuenta la vida de Adrià Ardèvol, un niño catalán hijo de un coleccionista de antigüedades y obsesionado con que su hijo sea un portento cultural dominador de numerosos idiomas y apasionado por lo antiguo. Su madre, por contra, sólo desea que el pequeño sea un virtuoso del violín, es en estas clases, donde trabará una amistad fundamental para el desarrollo de la novela: Bernat. Adrià crecerá en un frío ambiente y se enamorará de Sara, algo que le traerá de cabeza el resto de sus días.
La novela en sí es un canto de amor por la Cultura y las Artes. Es tal la riqueza narrativa y la lección de Historia que cualquier calificativo se podría quedar pequeño. Con la interrupción de recuerdos en forma de narración de la vida anterior de los lugares y objetos que aparecen en la obra se da un repaso a la Historia de Europa desde el medievo hasta nuestros días. Por si fuera poco, con la excusa del Storini se puede aprender mucho sobre el arte del violín, los clásicos, los intérpretes… Sólo pediré un favor, si alguien lee la obra tras leer esta crítica que tome nota de todas las obras que aparecen y haremos una lista en condiciones.
La vida de los protagonistas es dura, no es nada fácil pese a todo, reflejando la soledad del hombre del siglo XX a pesar de todos sus conocimientos. La obsesión por conocer y por saber más narra mucho de la vanidad de cualquier erudito de nuestro tiempo, vanidad que, por otra parte, es en muchos casos el motor del conocimiento. Adrià es un experto en lenguas tan atormentado por su situación personal que será capaz de vivir ajeno al mundo y a las emociones de los que le rodean. Todos envidian lo que tiene el otro sin darse cuenta de que el ellos tienen lo que el otro añora.
A Jaume Cabré le llevó 8 años escribir esta novela, que en realidad puede ser considerada como la suma de diferentes novelas, por lo que os comentaba de las historias sobre objetos y lugares: La vida de Adrià sigue un paralelismo íntimamente ligado a la del Storini. Pero una vez escrita el autor catalán consiguió multitud de halagos, merecidísimos hay que decir. Para que os hagáis una idea, este libro ha vendido más de medio millón de copias en Alemania, 30000 en Italia y 50000 en Francia, entre otros. A mí no me queda otra que recomendar este libro, que es uno de los mejores que he leído nunca, que lo compréis, que lo leáis, y os reto, porque yo lo haré, a, como se dice en un fragmento de la novela, releerlo dentro de un tiempo. Eso sí, me daré el capricho de hacerlo en catalán. Valoración: 9.7.
Buenas Noches y Buena Suerte.
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