Hoy le toca el turno a la comida barilochense. La verdad es que en esta parte del mundo tampoco nos cuidamos mal, aunque aquí si que hay un “de todo” porque tuvimos una experiencia no muy buena. Tres fueron los locales que visitamos:
Nuestra primera cena en Bariloche fue en La Marca Patagónica. Local pequeño, agradable, decoración sencilla, de madera y un servicio muy dispuesto. Yo comencé la velada con una sopa de hongos y cebolla que con la noche tan fría que hacía no me vino nada mal. En medio pedimos provoleta de escalibada, como platos principal trucha con salsa de almendra y trucha con salsa roquefort. Personalmente, me quedo con la que escogí: trucha con salsa de almendras. Acompañamos con un vino blanco dulzón, trapiche 2011. Un lugar muy recomendable en cuanto a calidad precio.
La única comida que realizamos en Bariloche fue en el restaurante Familia Weiss, uno de los más típicos de San Carlos de Bariloche. En él te sirven cervezas artesanales de distintos sabores y comida típica patagónica.
Pedimos una picada pequeña, que de pequeña tenía poco, porque contaba con ciervo ahumado, salmón ahumado, ciervo en escabeche, paté de ciervo, salsa de trucha y manzana, salami y queso, en la foto la veréis. Mi acompañante pidió lomo montañés en salsa de pimienta y yo cordero a la cazadora con espinacas con crema de guarnición. Acompañamos la comida con un Santa Julia reserva. En las fotos veréis que las raciones eran bien cumplidas. Estaban muy ricas. Es un sitio en el que los camareros van vestidos tradicionalmente de los lugareños de la colonia suiza, cuando la colonia suiza no estaba habitada por hippies.
Del tercer lugar no os hablaré, era un local moderno, en plan americano, en el que entramos para tomar un sándwich, nos sirvieron lo que quisieron y casi nos jubilamos allí dentro. He olvidado hasta su nombre, pero si entráis en un sitio que hace esquina y hay botones en las mesas para llamar a los camareros: salid. Si me viene el nombre os lo diré. Por cierto, los botones están para hacer ruido y decorar, los camareros pasan olímpicamente de las llamadas.
Y hasta aquí la humilde guía gastronómica de hoy, centrada en San Carlos de Bariloche. Pronto habrá más novedades.
Buenas Noches y Buena Suerte.
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