Tras narraros el otro día la llegada y el primer día en el lado brasileño de las cataratas de Iguazú, llega el turno de narrar la excursión del segundo día, en el que visitamos la vertiente argentina de las cataratas.
Esta excursión no tuvo tantos problemas iniciales como la anterior, básicamente porque no había frontera que pasar. Tras pegarnos el primer madrugón, nos recogían a las 7:30 de la mañana, fuimos hasta la entrada al parque nacional. Una vez allí se camina un tramo corto y se sube a un trenecito que transporta a los visitantes, que ese día éramos muchos, hasta la estación Garganta del diablo, que como su propio nombre indica, está situada al inicio del sendero que conduce a la catarata más famosa de cuantas conforman el Parque.
Por el camino hay pasarelas que van atravesando diferentes partes de lagos y ríos, y desde ellas se puede contemplar tortugas y muchas especies de peces que, junto con las aves, conforman la fauna del paraje. Poco a poco, a medida que el visitante se va adentrando por el camino, empieza a verse al fondo la bruma de la Garganta del diablo. Bruma que cada vez se hace más evidente, hasta que se llega a uno de los momentos más impresionantes de todo el viaje. Algo difícil de vivir, llegar a la caída de la garganta del diablo por la pasarela, que termina justo encima de la misma. Narrar este momento es complicado, mucha bruma, mucha gente, un sonido ensordecedor y bajo tus pies agua cayendo a una velocidad y en una cantidad difícil de imaginar. Intentar contemplar el lugar donde termina la catarata al romper con el agua que tiene debajo al final del salto.
Pero mejor os ilustro con imágenes, que en este caso valen más que mil palabras:
Camiseta empapada, la cámara también, pero una de las sensaciones más increíbles que se puedan vivir. Bueno, quedaba otra a tener muy en cuenta: La gran aventura. Excursión dentro de la excursión consistente en subirse a una lancha y que te acerquen debajo de dos cataratas, además de darte un paseo por el río. Una de ellas es esta:
Luego nos trasladaron en una camioneta para recorrer selva, viendo los árboles, las especies de pájaros y algún lindo mono como este:
Consejo: llevad gorra, aquí nos dio bien el Lorenzo y luego pagamos las consecuencias. Sé que suena a dominguero no haber llevado gorra pero estas cosas pasan. De ahí fuimos a comer, otro error, ir a comer al buffet, por cantidad, y también porque no nos acabó mucho. Pero más que nada porque, tras el caminito y todo el sol que cogimos, empacharse no es lo más recomendable. Pero bueno, a lo que íbamos, tras comer realizamos otro recorrido, por el llamado “Paseo superior”, recorriendo el salto dos hermanas, el salto chico, el salto Bossetti, el salto Adán y Eva y el Mbiguá, todo ello con unas vistas preciosas.
Y hasta aquí el pequeño resumen de las 7 horas de excursión, 7 horas intensas y muy recomendables. Este es uno de los lugares más maravillosos que he visitado, así que no puedo más que recomendaros que hagáis lo mismo, y disfrutéis de este espectáculo que nos brinda la naturaleza. En próximos episodios más.
Buenas Noches y Buena Suerte.
2 comentarios:
Joer, que envidia. Me apunto otro sitio al que ir en el futuro. Tendré que mirar si puedo ir jubilándome ya, que no me va a dar tiempo a todo.
Por cierto, tengo entendido que en un buffet no es obligatorio comer hasta reventar, ¿eh? Que también se puede uno moderar...
Hola Crack:
Es un sitio para ir, y conforme avance el relato del viaje igual te van entrando más ganas.
Lo del buffet, ya sabes... El mal del pobre, rebentar antes que sobre..
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