Viaje a Argentina. Lo mejor de Bariloche.

Si algo distingue a San Carlos de Bariloche del resto de lo visitado es que no imaginábamos que iba a ser tan espectacular como lo fue. No quiero decir que el resto del viaje no lo fuera, pero nuestra entrada en la Patagonia fue realmente espectacular.

San Carlos de Bariloche está al norte de la Patagonia, en la provincia de Río Negro, en una localidad fronteriza con Chile. De hecho sólo le separa del país andino un grupo de lagos y una cordillera. La localidad está al lado del famoso lago Nahuel Huapi, uno de los puntos de interés, pero no sólo está rodeada por un lago, sino por varios.

En nuestro caso escogimos el circuito chico, una excursión de medio día, ya que sólo hicimos dos noches en la capital barilochense. El recorrido se hace por el Parque Nacional Nahuel Huapi. La ruta comienza en una furgoneta combi por un par de miradores, llega hasta los pies de Cerro campanario, se sube al telesilla y se asciende a la cima, desde donde la vista es impresionante. Mucho viento, algo de fresquito, por no llamarle frío, pero unas vistas increíbles. Os dejo que juzguéis:

Tras esta parte de la visita bordeamos el lago y nos acercamos a la entrada de la Colonia Suiza hasta un mirador desde el que se puede contemplar el famoso hotel Llao Llao, uno de los emblemas de la localidad patagónica, antaño público, al borde del abandono y ahora restaurado y a pleno rendimiento. Fue en este punto donde el guía, quizás el mejor que tuvimos durante el viaje, se compró una torta frita, algo muy típico de Argentina, en un puestecito. Nosotros hicimos lo propio, recomendable 100%.

La excursión nos llevó hasta los pies de un cerro que sobrevolaban halcones, la playa del lago que bañaba esa zona quedó cubierta de cenizas durante la erupción del volcán chileno el año pasado, erupción que bloqueó por aire la ciudad y que supuso grandes pérdidas a nivel turístico. De hecho, allí mismo recogimos piedra pómez que aún quedaba y que, según nos contaron, llegó a cubrir la superficie de los lagos.

Desde allí nos trasladamos al lago escondido, atravesando una corta senda con una flora bastante curiosa. El lago escondido no deja de tener su encanto, por hacer honor a su nombre, por el entorno y por un pequeño muelle en el que uno se puede sentar como en las películas.

La parada final de la excursión es en el propio hotel Llao Llao. Aunque en nuestro caso tuvimos que visitar el hotel desde la capilla de San Eduardo, la capilla del mismo hotel. El hotel es propiedad de un grupo judío, los judíos celebraban su pascua y el hotel estaba blindado. Así que nos conformamos desde la vista de la capilla.

Por la tarde nos dedicamos a visitar la Catedral de Nuestra señora del Nahuel Huapi, que está inconclusa por falta de fondos, pero que vale la pena visitar. Tuvimos suerte y se celebraba la fiesta del chocolate, por lo que estaban preparando el huevo de chocolate más grande del mundo. Había festival de escultura con motosierra y conciertos, ese día actuaban Los auténticos decadentes.

De la gastronomía barilochense os hablaré en próximas entregas.

Buenas Noches y Buena Suerte.