Hacía años que no veía “Roma, ciudad abierta” (Roma, città aperta, Italia 1945), y el otro día me di el gustazo de sentarme delante de la televisión para ver con calma esta obra maestra del cine. Dirigida por Roberto Rossellini con guión escrito por el propio director y, nada más y nada menos que, Federico Fellini y Sergio Amidei, en una obra adaptada de la historia real narrada por Sergio Amidei y Alberto Consiglio. en su reparto contó con Anna Magnani, Aldo Fabrizi, Marcello Pagliero, Maria Michi, Harry Feist, Vito Annichiarico, Francesco Grandjacquet, Giovanna Galletti y Carla Rovere.
La historia transcurre en la Roma ocupada por los alemanes durante la II Guerra Mundial la Gestapo trata de arrestar al ingeniero Manfredi, el líder del Comité Nacional de Liberación. Annie Marie ofrece refugio en su casa a Manfredi y a algunos de sus camaradas, pero los alemanes descubren su escondrijo y rodean la vivienda; algunos partisanos consiguen escapar por los tejados, pero Manfredi es apresado. Don Pietro es el sacerdote del barrio, pasará de jugar un papel de observador a ser un personaje clave en la trama.
Esta película es uno de los más claros exponentes del neorrealismo italiano, niños jugando con bombas, presenciando detenciones y asesinatos, nazis contra otros nazis, sacerdotes participando en asaltos. Sobrecogedoras son las visiones de los distintos personajes: las bailarinas, Don Pietro, Marcello, Annie Marie… Tan cruda como la propia guerra, sin reparos ni máscaras. Con una fotografía y una dirección soberbias, esta cinta nos depara 100 minutos de cine a cara descubierta, vida y muerte de la mano. Todo ello en el año 1945, es decir, recién acabada la Guerra.
No sé cuántos de vosotros no habréis visto esta película, pero si no lo habéis hecho ya va siendo hora. A mí, volver a verla, me trajo buenos recuerdos, me volvió al universo del mejor cine de todos los tiempos, y eso, queridos lectores, siempre es una gozada. Valoración: 8.8.
Buenas Noches y Buena Suerte.
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