Stone.

Pocas veces salgo de un cine con un “¡qué mala es la película!”, Stone (EEUU, 2010) lo logró. Elegí yo, mea culpa. Pero Robert De Niro y Edward Norton me parecían un reparto atractivo, pese a las críticas, de las que prefiero no hacer mucho caso, aunque debería haberlo hecho.
Por contar algo de la historia: Jack Mabry (Robert De Niro), un funcionario encargado de la libertad condicional en una prisión, entabla una peculiar relación con Gerald Creeson (Edward Norton), un convicto pirómano que intenta desesperadamente salir de prisión. La mujer de este último, Lucetta (Milla Jovovich) utilizará sus armas de mujer para intentar lograr la condicional de su marido antes de lo previsto. Es aquí donde comienzan los problemas de Mabry.
La historia es predecible, y eso es un punto negativo. Salvo el personaje de Norton, el preso, los demás parecen poco elaborados, repetitivos y hasta agotadores, en el caso de la mujer de Mabry y el propio De Niro. Por no hablar de Jovovich, que se esconde bajo su cuerpazo para disimular sus malas artes interpretativas. Cuando uno lleva 15 minutos cara a la pantalla sabe cómo va a terminar todo, sólo espera una sorpresa, un giro que no llega, una trama que se desinfla y no consigue remontar.
Es una película pobre, muy pobre. Los personajes acaban sumidos en unas tramas filosóficas, cada cual en la suya, que uno no sabe si están recién salidos del manicomio o se trata de una estrategia de una secta por captarnos a todos los que moramos las butacas del cine. En fin, que no se os ocurra ir a verla, mucho menos perder el tiempo en casa, elegid otra película, hay demasiadas películas buenas para caer en las garras de Stone. Valoración: 4.
Buenas Noches y Buena Suerte.