El palacio de la luna, de Paul Auster.

El Palacio de la Luna, Paul Auster (Anagrama, 1989), es una de las obras imprescindibles para entender el siglo XX. Puedo decir claramente que confirma mi pasión por los personajes literarios extravagantes, es una obra que me cautivó desde el principio y que es capaz, muy capaz, de no dejar indiferente a nadie.

Marc Stanley Fogg es un chaval americano que, tras la muerte temprana de su madre, pasa a vivir con su tío Víctor. Pronto, al producirse el fallecimiento del hermano de su madre, quedará sólo y desarraigado al mundo, pasando penurias de todo tipo. Vagará por Central Park bordeando la muerte hasta que su amigo Zimmer y Kitty le salven.

El segundo acto del libro, por así decirlo, transcurre con Fogg cuidando de un anciano chiflado, Effing, a quien acabará por tomar aprecio. Los delirios de locura de ambos crean, posiblemente, la mejor parte del libro. La última parte, transcurre en los momentos de mayor locura del protagonista, y no cuento nada para no fastidiar la historia a nadie.

El libro es fantástico, tras El lobo estepario es uno de los mayores acopios de locura que he leído. Los altibajos anímicos del protagonista, las batallitas contadas por todos los personajes, convierten a esta novela en una obra maestra. No conocía a Auster y me ha fascinado. Libro 100% recomendable. Valoración: 9.8.

Buenas Noches y Buena Suerte.