Españoles por el mundo ha aumentado el afán de muchos jóvenes, y no tan jóvenes, por pasar una temporada en el extranjero, o simplemente, por viajar, uno de los mayores placeres que tiene este mundo. Hoy vamos a volver a jugar a imaginar, es algo que me gusta bastante, y es que no hay nada como las parábolas para hacerse entender.
La cuestión es que si marcho al extranjero puedo hacer una fortuna, allí los salarios son más elevados, se valora más a los universitarios y haré currículum, algo que me valdrá para cuando regrese. Pero la cuestión no es regresar, a eso ya llegaremos. Si a mi sueldo en el extranjero, que pongamos que en un país muy rico, es 10 o 100 veces más que el de un españolito de a pie, le sumamos una beca pues mejor que mejor.
Casi vais a entender de qué va el tema cuando os cuente que nadie conoce de mi sueldo allí, es decir, aquí el gobierno piensa que vivo de la beca, cuya duración es de cuatro años. Pero sospechan de mí porque llevo un tren de vida distinto al de los demás becarios, piso en la capital, lujos, comilonas… Para colmo, solo saco una irrisoria cantidad del banco en todo ese periodo.
Al volver se me van a echar encima, me quitarán la beca, seré víctima de la presión mediática, y puede que vaya a la cárcel, sólo puede. Tendré amigos influyentes en política y favores que devolver. Pero NADIE me hará devolver la pasta.
Habrá valido la pena viajar al “extranjero”, pasar allí una temporada, incluso ir a la cárcel de “vacaciones”, merecidas tras tanto esfuerzo trabajando en el “extranjero”. Habrá valido la pena, decía, porque al salir seré más rico que cualquier jefazo o empresario en toda su vida.
Pues bien, esos emigrantes, esos atrevidos del “extranjero” campean por las calles mientras tú y yo trabajamos y pagamos nuestros impuestos. A saber: Jaume Matas, Luis Roldán, Rafael Vera o el mismísimo Roca de Marbella. Cambiando un poco la frase de la película 21 Blacjack: A robar a robar, pollo para cenar.
Buenas Noches y Buena Suerte.
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