El Congreso de los Diputados ha aprobado hoy el fin de la llamada “Ley Beckham”, hasta en el nombre de las leyes llega el poder mediático del inglés, esa que bajaba el tipo de tributación para los extranjeros desplazados a España al 24%, cuando un españolito forrado pagaría un 43% de sus ganancias. Pues bien, a partir de 2010 la exención se producirá sólo en el caso de que el extranjero en cuestión gane menos de 600.000 euros. La propuesta, de Iniciativa per Catalunya, se ha aprobado con los votos de IU, BNG y PSOE.
La Liga de Fútbol Profesional, por medio de su presidente, José Luis Astiazarán, ya ha lanzado su órdago: Huelga en la Liga si la Ley echa a andar en 2010. Además advierte de que la medida puede perjudicar a artistas y científicos. Se le debe olvidar el lamentable recorte en I+D para 2010, una de las promesas de Zapatero.
Todo esto se produce en el día en que se han hecho públicos los datos del paro en España, con un incremento, maquillado según los entendidos, en 98.906 personas. Ya estamos en 3,8 millones y aquí no pasa nada. Los sindicatos se dedican a comer y callar, y la gente, muchos trabajando en negro mientras otros pagamos cada día más impuestos, parece resignada. Nadie habla de movilizaciones, nadie aporta soluciones reales, a medio o largo plazo, sólo gastar sin ton ni son, da igual que sea en aceras, coches o en acontecimientos históricos para el planeta.
La cuestión que quiero plantear es si la apática y enferma sociedad española reaccionará tras una, dos, o tres jornadas sin fútbol los fines de semana. Puede que ni lo que la corrupción, ni el desempleo, ni las advertencias de la Comisión Europea, ni los problemas en educación, han logrado lo puede mover el fútbol. No me extrañaría nada. Ya lo decían los romanos: Panem et circenes.
Buenas Noches y Buena Suerte.
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