Correr en junio ya tiene su mérito. Pero si encima comes en la playa ya es una prueba de fuego para calibrar tus ganas de competir. En semejante tesitura me vi el pasado sábado. La carrera, en Jesús Pobre llegaba tras una semana en la que apenas había podido entrenar, entregado a la causa Salvem Gandia Bàsquet.
El paisaje de la carrera de Jesús Pobre es el más bonito de cuantas pruebas componen el Circuit a la Marina Alta. Caminos agrícolas estrechos, quizás el único inconveniente para adelantar, entre viñas, naranjos y pinadas, a los pies del Montgó; inmejorable.
Mi prueba fue discreta, antes del avituallamiento me deshinché, recuperé algo en la segunda mitad del circuito, pero el último kilómetro hacia arriba remató mi tiempo para dejarlo en una media de 5:23, 51:03 de tiempo total para una prueba de 9.600 km. No sé aún si el sábado disputaré la última prueba, la de Benissa, así que puede que con la del sábado pasado cierre mi participación en el Circuit. Si acabo yendo os informaré.
Buenas Noches y Buena Suerte.
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