La semana no auguraba nada bueno, molestias en los gemelos, sobrecarga importante, y sólo dos días de entrenamiento para intentar llegar al sábado con algo de opciones. El día de la carrera comí en Dénia, llovía, "No habrá carrera", pero nada de eso, paró de llover media horita antes de comenzar la III Volta a Peu de El Verger.
La salida era estrecha y costó salir, de hecho cuando crucé el arco el cronómetro marcaba 42 segundos, mal vamos. Primer kilómetro: 5:42, no está mal, 5 minutos en hacer un kilómetro es un ritmo bueno para mí. Pero cuando en el segundo el crono marcaba 10:22 empecé a pensar que la cosa podía ir en serio, mis piernas iban, ni rastro del dolor. Me junté con gente que no conocía de nada, mis compinches habituales de carrera iban un poquito atrás, los veía en los giros y revueltas. Primera vuelta, por debajo de 5 el kilómetro, a ver si dura, empecé a pensar en la pájara, pero no hizo acto de presencia. Kilómetro 7, 34:27, es posible. Ahí aparecieron los dolores de estómago, ardor, comprendí los vómitos de los atletas, algo que no conocía en mis carnes. Kilómetro 8 y por debajo de 40 minutos, toca sufrir en la interminable recta del 8 al 9. Y al llegar al 9, como si alguien me hubiera dado un empujón, empecé a correr más y a adelantar. Alguno me miró con mala cara, aunque luego me pasara llegando a meta.
El resultado: 49:09 de tiempo total, 48:20 de real (desde que crucé el arco), inferior a gente que llegó por delante mío, y una media de 4:50 el kilómetro. Conclusiones: hay que salir mejor cuando vaya a hacer tiempo y hay que cuidarse la semana de la carrera, algo que en Pego no hice. Posición en la general: 619, posición de la categoría: 363. Curiosamente peor resultado que la semana pasada, pero hay que tener en cuenta la mayor facilidad de la prueba de El Verger y que había más participantes.
Al entrar en meta me saltaron las lágrimas, es una sensación difícil de explicar, y es una chorrada, pero la barrera psicológica de los 50 minutos fue superada. Es difícil explicar por qué un día dejan de dolerte las piernas y corres como nunca lo has hecho, es difícil explicar cómo superas el dolor de estómago y te concentras, es difícil explicar cómo mejoras el tiempo kilómetro a kilómetro y no tienes ganas ni de beber para no perder el ritmo. Ahora hay que lograr que no se quede en una anécdota e intentar bajar de 4:30. La media maratón está más cerca.
Buenas Noches y Buena Suerte.
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