Leaving Las Vegas es una de las historias de amor más bellas del cine. Es la película, alejada de tópicos, alejada del amor idílico del 95% de cintas de Hollywood. Él borracho, guionista en paro, divorciado; ella prostituta en Las Vegas. Sin explicaciones, sin reproches, tal como eres, tal como soy, "Pídeme lo que quieras, pero nunca que deje de beber". Es conmovedora, desgarradora, tan penosa que no puede causar más que emoción. Ben Sanderson (Nicolas Cage) es capaz de lo mejor y de lo peor, consciente de que agota su tiempo por el alcoholismo se enamora de Sera (Elisabeth Shue), ambos actores dejan para la posteridad un papelón que les valió un oscar a él y una nominación a ella, una de las parejas más inolvidables de la historia del cine.
No puedo más que recomendar que os sentéis a ver este peliculón, que os emocionéis, que viváis la historia con dos actores rayando la perfección. "Si quieres que te diga la verdad...no sé si mi mujer me dejó porque bebía, o bebo porque mi mujer me dejó". Frases míticas y geniales como ésta o como "A parte del olor a alcohol y de algún babeo ocasional, algunas veces dices cosas muy interesantes". Curiosidad: John O´Brien, autor de la novela autobiográfica en la que se basó la película se suicidó pocos meses antes de que fuera estrenada.
Ahora entiendo la canción de Amaral, no tengo planes más allá de esta cena. Valoración: 9.
Bueas Noches y Buena Suerte.
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