Se trata de una de las películas más famosas de Billy Wilder, protagonizada por Jack Lemmon y Shirley MacLaine. C.C. Buxter (Lemmon) es un oficinista de una gran empresa que cede su apartamento para que sus jefes y sus queridas pasen allí sus veladas, he dicho sus, y aquí comienza el disparate, disputas de horarios, despertares a las tantas de la madrugada, todo con el propósito de lograr un ascenso. Buxter y sus jefes andan enamorados de Fran (MacLaine), la ascensorista, y todo empieza a liarse como sólo Wilder puede embrollar.
Estamos ante una comedia fresca, una lección de cine, 5 Oscars: película, director, guión original, dirección artística (ex-aequo) y montaje. La seleccioné al azar, no esperaba toparme con un peliculón de este calibre. Escenas mágicas: atención solteros e independizados a cómo se escurren los espaghettis, geniales los diálogos entre los jefes de Buxter, inigualable, dulce y angelical la belleza de Shirley (los ángeles copiaron tu estilo). A su vez la historia es entrañable, cuando una se enamora de un hombre casado no debería ponerse rimmel (recomiendo ver esta cinta especialmente a mis amigas que veneran Desayuno en Tiffany's), irónica, divertida... Es un sentido homenaje-crítica a todos esos pringaillos que pierden el culo en el trabajo por prosperar.
El Apartamento es indispensable en cualquier filmoteca que se preste, es una obra de culto y con críticas magníficas. Es de esas películas hermosas, que enamoran.Valoración: 8.2.
Buenas Noches y Buena Suerte.
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