Sigo mejorando mis relaciones con los seres humanos a marchas forzadas, cada vez me supero. Y es que por todos es conocida la similitud de las masas humanas con los rebaños de borregos, y yo, ávido científico en pos de la gloria hice un estudio observacional ayer por la tarde. Os pondré en situación: 19:24, semáforo de delante del Instituto Luis Vives de Valencia con la Estación del Norte. Llegaba tarde al tren, bueno, llegaba tarde al que me subí (que no sabía que estaba a las 19:26, yo quería subir al de y 33), y no venía nadie salvo un autobús. Semáforo en rojo, obviamente. Crucé. De repente, entre la música de mi mp4 oigo un claxon de autobús. Tras de mi una docena de insensat@s sin calcular el tiempo para cruzar ni mirar el estado del muñequito del semáforo se lanzaron al asfalto hacia la acera contraria. No me sentí culpable por ello, puesto que no obligue a nadie a cruzar, no pude más que reírme con unas cuantas aventureras que llegaban a la carrera a la otra orilla del campo de batalla. Por suerte no hubo que lamentar daños personales. Pero es obvio mi poder para arrastrar a las masas. Tiembla Obama.
Buenas Noches y Buena Suerte.
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