Uno no deja de salir de su asombro cuando conoce más del ser humano, y más después de saber que El Cuarto Mandamiento, para muchos la mejor película de Orson Welles, fue mutilada, le faltan minutos cortados por RKO. Es una cinta que nadie que quiera alardear de saber de cine puede dejar de ver, esconde un retrato crítico y ácido, muy propio de Welles, sobre la industrialización, el cambio de la aristocracia a la burguesía.
Los planos, qué deciros, todavía está por venir alguien que iguale la maestría de Welles, su intensidad. El elenco de actores borda el declive de la aristocracia en una época de incipiente progreso industrial, amores de juventud que vuelven, personajes realmente egocéntricos (una vez más). Un clásico entre los clásicos. Valoración: 8.
Buenas Noches y Buena Suerte.
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