Canta Quique que la vida te lleva por caminos raros, sí, ese del que no habías oído hablar... Y así es, definir mis 5 días en Croacia en una palabra es complejo: inolvidable, enriquecedor, estremecedor, ilusionante... Se me ocurren tantas cosas...
Desgranando, la parte profesional, por la que fui, muy bien. Las charlas a las que asistí fueron muy enriquecedoras, y conocer otras experiencias de farmacéuticos de calle, como nos llaman los frikicéuticos de hospital a los comunitarios. El poster sin problemas, la gente paraba pero nadie se cebó preguntando.
La parte turística, Dubrovnik es bonita, una ciudad amurallada, al lado del mar, con acantilados, muchos bares y restaurantes italianos, muchos guiris.. Mención especial a Tom, el taxista que nos recogió en el aeropuerto a nuestra llegada. Un personaje que hablaba un inglés peculiar, conducía sin manos, y nos dio unas directrices para seguir en la ciudad. Directrices casi siempre erróneas. Además el pájaro nos tenía que recoger con precio cerrado y envió a un amigo que dijo que el precio cerrado para Rita. Hasta ese momento Tom fue nuestro ídolo, pero el mito cayó.
También viajamos a Bosnia. Vimos Mostar, donde impresiona que muchas fachadas y persianas sigan tiroteadas tantos años después. Bosnia es un país más pobre, en el que también visitamos Pocitelj (o como se escriba), un pequeño pueblo, pero bonito.
En lo personal, la experiencia genial, por compartir con Dani momentos y experiencias. Por lo que estamos empezando a cocer, nuevos proyectos, ideas... También mágica la experiencia de conocer otra gente, de otros ámbitos, de otros países (no os imagináis la suerte que tenemos). Y sobretodo porque he conocido a gente maravillosa, de esa que presiento que va a dejar huella.
En resumen, un viaje, una experiencia, para enmarcar y tener bien presente.
Buenas Noches y Buena Suerte.
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